miércoles, 13 de abril de 2011

Opiniones enfrentadas, intereses ocultos y consecuencias


La atmósfera que rodea a los cultivos transgénicos es todo un universo que va mucho más allá del agricultor y su labor. Así, cabe destacar que, por ser organismos creados artificialmente, están sujetos a patentes, y dan a sus creadores una serie de derechos (propiedad, cobro de royalties, etc.), derechos que en muchas ocasiones van en detrimento del agricultor. Las poseedoras de estas patentes son potentes empresas multinacionales, destacando algunas como Monsanto (la más fuerte en este negocio), Singenta, Bayer, Basf o Pioneer. Estos gigantes económicos defienden a capa y espada sus productos, alegando, dependiendo del cultivo del que se trate, aumentos expectaculares de las producciones, adaptación a condiciones climáticas adversas, resistencia a determinadas plagas e incluso beneficios nutricionales  (como es el caso del "arroz dorado.

Lo cierto es que los cultivos transgénicos dan, en primer término, unas cosechas bastante superiores a lo común, lo que ha sido una de las claves para su implantación en algunas zonas. Los problemas comienzan a llegar en cosechas posteriores. Algunos de estos problemas acaecidos y comprobados han sido, por ejemplo, la aparición de resistencias de las plagas o alteraciones en los insectos polinizadores, entre otros. Otro grave problema se da cuando los cultivos transgénicos coexisten con cultivos no transgénicos de la misma especie, ya que, al llegar el polen de los primeros a los segundos,éstos quedan contaminados genéticamente, siendo además ilegales (por el uso, aunque sea involuntario, de la patente). Además, no hay que olvidar el hecho de que el agricultor que comienza a sembrar semilla transgénica deja de sembrar la variedad que sembraba anteriormente, por lo que se están perdiendo muchísimas variedades locales de gran valor ecológico ligadas a la zona de la que proceden durante siglos, y que son cultura y patrimonio de cada pueblo.

Viñeta de El roto sobre las multinacionales creadoras de semillas
Merece también mención el hecho de que la semilla transgénica es considerablemente más cara, y no tiene capacidad de autorresiembra. De esta manera, el agricultor no puede recoger la semilla del cultivo y sembrarla al año siguiente, sino que debe volver a comprarla, siendo así totalmente dependiente de la empresa multinacional, que, no olvidemos, por su condición de gigante económico dentro del sistema capitalista, busca a toda costa maximizar sus beneficios y expandirse, siendo los países en desarollo lugares de acción perfectos. Esto es así porque, en los países del norte la necesidad de grandes producciones en los cultivos no es tal, y, además, ante las consecuencias observadas derivadas del cultivo y uso de OMG-s, tanto en EEUU como en Europa van en aumento las restricciones a este tipo de cultivos, destacando también el movimiento social en contra de los OMG-s, sobre los que también planea la sombra de la inseguridad alimentaria.
Así las cosas, recomendamos visitar los siguientes enlaces, un ejemplo de la controversia que circula alrededor de los OMG-s:
El primero ( http://www.monsanto.es/noticias-y-recursos/hablemos-claro/hablemos-claro ) pertenece a un apartado dentro de la web de Monsanto-España titulado "Hablemos claro", en el que la empresa ofrece sus argumentos ante las acusaciones que sobre ella se vierten.
El segundo (   http://www.combat-monsanto.es/ ) corresponde a la web "Combat-Monsanto", creada por plataformas como Greenpeace o Vía Campesina o Amigos de la Tierra, en la que existe un apartado dedicado a los OMG.
combat_monsanto_log


Para terminar, enlazamos el documental "Semillas Esclavas", de TVE, muy recomendable porque refleja de una manera clara y concisa la situación actual de los cultivos transgénicos (http://www.rtve.es/noticias/20100617/semillas-esclavas-transgenicos-a-debate/336016.shtml).


No hay comentarios:

Publicar un comentario